Saludamos las movilizaciones de los pueblos y alertamos a la comunidad internacional.
Las comunidades de Cajamarca, Cusco, Huancavelica y otras regiones se movilizan contra la imposición de la minería, en defensa del agua y de las vidas, mientras la dictadura anuncia mas facilidades para el extractivismo y la ejecución de proyectos muy cuestionados como Conga y Tiamaría. Desde el Legislativo continúan arremetiendo con leyes que vulneran todos los derechos. Y los escándalos de corrupción se multiplican.
Este es el panorama del Perú. Los congresistas garantizan su impunidad aprobando una ley que impide calificar como organización criminal a los partidos, para salvar a aquellos más enlodados con la corrupción. Impunidad que extienden con una ley de amnistía para los criminales autores de torturas, desapariciones y asesinatos.
En cambio, criminalizan a las instituciones defensoras de derechos con la modificación de la ley de creación de la Agencia Peruana de Cooperación Internacional (APCI), una verdadera amenaza de censura y criminalización, frente a lo cual la comunidad internacional ha lanzado una voz de alerta.
Paralelamente, la dictadura del Ejecutivo y el Legislativo avanzan en el copamiento de los poderes del Estado, modificando las normas electorales, pretendiendo cambiar el mecanismo de elección de sus funcionarios, eliminando la paridad y alternancia en las listas electorales y aprobando su reelección; así como disolver la Junta Nacional de Justicia, destituyendo a los miembros de este organismo que no siguen sus mandatos, así como a jueces y fiscales. O quitándoles la protección policial a quienes los investigan.
La dictadura, siguiendo el mandato de los poderes económicos, se ensaña particularmente contra los derechos colectivos de los pueblos y las mujeres indígenas. Por citar solo dos ejemplos: la ley antiforestal que promueve la destrucción de nuestros bosques y la ley CAD que reconoce bandas paramilitares y les otorga facultades para actuar en territorios comunales, vulnerando nuestra autonomía y libre determinación, entre otros derechos.
Desde ONAMIAP saludamos las movilizaciones de los pueblos en defensa de las vidas, así como en exigencia de justicia y reparación para los asesinados por la dictadura. No podemos permanecer impasibles frente a esta arremetida. Llamamos a la comunidad internacional a una solidaridad efectiva contra todos estos crímenes.
¡Sin justicia no habrá paz!
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