TIPISHCA LE DICE NO A LA VIOLENCIA

En el marco del 25 de noviembre, Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, las y los jóvenes kukama kukamiria de la Comunidad Nativa de Achual Tipishca levantamos nuestras voces desde la Escuela de Derechos Humanos para decir a una sola voz: TIPISHCA LE DICE NO A LA VIOLENCIA.

Como parte de este proceso formativo y organizativo desde la Escuela de Derechos Humanos en el marco del Proyecto Levántate: Jóvenes indígenas defendiendo su territorio - Fase III, fuimos parte del pasacalle comunitario que convocó a niñas, niños, jóvenes, mujeres y familias de la comunidad. Antes de salir a las calles, conocimos y trabajamos la técnica de la cianotipia, una herramienta artística que nos permitió reflexionar sobre nuestros cuerpos, nuestras historias y el derecho a vivir libres de violencias.

Con esta técnica construimos una banderola colectiva de 10 metros, donde plasmamos nuestras siluetas como símbolo de presencia, identidad y resistencia. Cada silueta es una voz joven que no se queda en silencio y una comunidad que se organiza.

La banderola fue expuesta durante el pasacalle ante toda la comunidad, convirtiéndose en un mensaje público y visible contra las violencias que afectan especialmente a las mujeres y niñas indígenas, pero que también atraviesan a nuestros territorios. Desde Achual Tipishca reafirmamos que la defensa de nuestros derechos, el respeto a nuestra identidad kukama kukamiria y la erradicación de todas las formas de violencia son tareas urgentes y compartidas.

Hoy, las y los jóvenes de Achual Tipishca decimos no a la violencia: no a la violencia contra nuestras hermanas, no a la violencia que daña a la Madre Naturaleza. Alzamos nuestras voces y nuestras siluetas para recordarle a la comunidad que seguimos de pie, defendiendo la vida en todas sus formas.

Intercambio de juventudes indígenas

En este mismo camino de aprendizaje y fortalecimiento colectivo, la Escuelita de Derechos Humanos de Jeberos, realizó un intercambio con jóvenes ticuna en Bufeo Cocha, hasta donde una delegación de jóvenes shiwilu viajó durante tres días para poder encontrarse. Este encuentro fue un espacio de diálogo, escucha y reflexión donde compartimos nuestras experiencias sobre la identidad indígena y los derechos colectivos como pueblos.

Durante el intercambio, recordamos que las y los jóvenes indígenas tenemos un rol fundamental en la defensa de la Madre Naturaleza y en el cuidado de nuestros hermanos del monte, porque proteger el territorio es también proteger la vida, la memoria y el futuro de nuestras comunidades.

Las juventudes indígenas seguimos caminando desde nuestros territorios con la certeza de que organizarnos es necesario. Alzamos la palabra, el cuerpo y la memoria para defender la vida colectiva. Aquí estamos, jóvenes indígenas, defendiendo la vida desde la raíz.

Hoy, este camino se reconoce como cosecha de las Escuelas de Derechos Humanos, donde niñas, niños y jóvenes sembraron aprendizajes, conciencia y organización comunitaria. Lo vivido en cada encuentro, intercambio y acción colectiva queda en los territorios como fuerza compartida, como memoria viva y como compromiso para seguir defendiendo el territorio, la identidad y los derechos colectivos de nuestros pueblos más allá de este proceso.