Comunidades asháninkas actualizan sus estatutos comunales para fortalecer su autonomía y gobernanza territorial.
- onamiap

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En respuesta a las crecientes amenazas territoriales que enfrentan los pueblos indígenas amazónicos, comunidades asháninkas del valle del Perené, en Junín, fortalecieron su autonomía y gobernanza territorial mediante la actualización participativa de sus estatutos comunales, en un proceso articulado entre ONAMIAP, OMIAASEC y las propias comunidades.

En el valle del Perené, comunidades indígenas amazónicas enfrentan múltiples amenazas sobre sus territorios, en un contexto marcado por la crisis climática, el despojo territorial y una histórica vulneración de los derechos de los pueblos indígenas. Frente a ello, resulta fundamental fortalecer la autonomía y la gobernanza territorial que los pueblos indígenas ejercen ancestralmente desde sus territorios.
En un escenario donde el capitalismo agresivo prioriza la acumulación individual y profundiza las desigualdades, la apuesta por los sentidos de vida colectivos que se desarrollan desde las comunidades constituye una forma de resistencia indígena. Reconocer y fortalecer estos procesos implica afirmar el derecho de los pueblos indígenas a la gobernanza territorial, desde sus normas internas y sus formas de organización.
En ese marco, durante los meses de octubre y noviembre, la Organización Nacional de Mujeres Indígenas Andinas y Amazónicas del Perú (ONAMIAP), junto a su base organizativa en la selva central de Junín, la Organización de Mujeres Indígenas Asháninkas Amazónicas de la Selva Central (OMIAASEC) y comunidades parte de la zona de influencia e intervención, impulsaron procesos articulados de actualización estatutaria en tres comunidades nativas asháninkas: la Comunidad Nativa Yaroni, en el distrito de Pichanaki, y las comunidades nativas Carapairo y Pumpuriani, en el distrito de Perené.
La actualización de los estatutos comunales —reconocidos como la norma escrita que regula la vida interna de las comunidades— se desarrolló mediante un proceso participativo y reconociendo la libre determinación de las comunidades que involucró a mujeres, hombres, jóvenes y sabias y sabios asháninkas, quienes debatieron y aprobaron colectivamente cada uno de los artículos.
Bajo la moderación de dirigentas comunales asháninkas de OMIAASEC, el proceso contempló dos etapas organizativas: una primera fase de revisión y adecuación de la propuesta junto a directivos(as) y delegadas y delegados comunales; y una segunda etapa de revisión y aprobación final en asamblea comunal.
Los estatutos aprobados en plenaria constituyen una herramienta clave para el ejercicio pleno y efectivo de los derechos colectivos, al articular la normativa comunal con el marco legal nacional e internacional sobre los derechos de los pueblos y mujeres indígenas para, también, establecer los alcances de la autonomía comunal y la gobernanza territorial indígena, estableciendo un rol activo en las mujeres, hombres y juventudes en la preservación del territorio.
Esta norma escrita también reafirma el rol histórico de cuidado y protección del territorio y las fuentes de agua que ejercen los pueblos indígenas y resulta necesario hacer prevalecer, estableciendo de manera clara los derechos y deberes de las y los comuneros desde una visión de autonomía, responsabilidad colectiva y defensa del territorio.
Estas actividades fueron realizadas por dirigentas de la Organización de Mujeres Indígenas Asháninkas Amazónicas de la Selva Central (OMIAASEC), en articulación con ONAMIAP y las comunidades asháninkas, con el apoyo financiero de la Iniciativa por los Derechos y Recursos (RRI) y Clarifi.
La articulación entre organizaciones y comunidades indígenas reafirma que la defensa de los territorios y derechos colectivos e individuales se construyen desde la acción conjunta, la autonomía y la organización comunitaria desde los territorios.


















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