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Foto del escritoronamiap

Fortalecidas para la defensa de nuestros territorios

Más de 120 mujeres indígenas shipibo fortalecieron sus capacidades en el primer módulo de la “Escuela de formación para defensoras territoriales”, desarrollado por ONAMIAP entre noviembre y diciembre, en cuatro comunidades de la provincia de Coronel Portillo, Ucayali, donde las participantes identificaron como los principales problemas la tala ilegal y la incursión del narcotráfico en sus territorios. 

Los temas de este primer módulo giran en torno al fortalecimiento de la identidad cultural y el conocimiento de los derechos de los pueblos indígenas. En la Comunidad Nativa Nueva Saposoa (distrito Callería) las hermanas resaltaron que sus bosques y la cocha son sus mercados. Además, del bosque sacan materiales para construir sus casas, cosechan frutos y obtienen plantas medicinales. 


Nueva Saposoa es afectada por el problema de la tala ilegal, pero está haciéndole frente a este conflicto de forma colectiva. Desde hace unos años ha comenzado a reforestar, ya que se había perdido gran parte de los bosques comunales. A principios del 2020 el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) reconoció esta labor colectiva por recuperar y restaurar el bosque y la tierra, lo que a su vez contribuye a la lucha contra el cambio climático.


En el caso de la Comunidad Nativa Nueva Palestina (distrito Callería), hay conflictos territoriales a causa de la invasión de tierras por narcotraficantes y por falta de una adecuada delimitación con las comunidades aledañas. Las mujeres indígenas comentaron que existe mucho machismo, lo que dificulta que ellas puedan participar de manera efectiva en las asambleas. Observan que el bosque y la tierra han cambiado, a veces no encuentran materiales para su arte (semillas, greda, palmeras). Además, hay lugares a lo largo de su quebrada a los que no pueden acceder porque es peligroso debido a la presencia de narcotraficantes. Se están organizando en guardias comunales para vigilar algunos sectores. 


Un caso similar es el de la Comunidad Nativa Vista Alegre (distrito Iparia), que también enfrenta la aparición de chacras dedicadas al cultivo de coca dentro de su territorio. Además, hay un fuerte problema de tala ilegal, incluso los troncos que sacan las empresas madereras pueden verse en los mismos puertos. Hay guardia comunal, por lo que a veces confiscan la madera extraída sin permiso. 


Por último, la Comunidad Nativa Caimito (distrito Masisea) es conocida por su caso de invasión causada porque las autoridades regionales entregaron tierras a poblaciones de menonitas sin el consentimiento y consulta previa correspondiente a la comunidad. Actualmente, está trabajando con USAID Pro-Bosques, mediante el cual tiene un plan de control y vigilancia comunitaria. Las mujeres rara vez participan en estos procesos, además de no tener acceso a los conocimientos relacionados con sus derechos, lo que fue tratado durante el taller como un problema estructural.

En el año 2022 se continuará con la implementación de los siguientes módulos de la escuela, que está orientada a que las mujeres indígenas se organicen para proteger sus derechos y para la incidencia política en el cumplimiento del Mecanismo Intersectorial para la protección de las personas defensoras de derechos humanos; entre otros mecanismos, protocolos y acuerdos que garanticen su integridad en la defensa del territorio integral ancestral.

La Escuela se desarrolla en el marco del proyecto “Defendiendo a las defensoras y los defensores ambientales, protegemos la Amazonía”.


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