En el Perú la implementación de los Objetivos de Desarrollo Sostenible no muestra avances sino, por el contrario, graves retrocesos.
Camino a la “Cumbre del Futuro” que se desarrollará los días 23 y 24 de septiembre de 2024, los días 18 y 19 de septiembre de este año las Naciones Unidas realizaron la “Cumbre de los ODS” para marcar una "nueva etapa de progreso acelerado hacia el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible”. Una meta cada vez más difícil de alcanzar en un mundo que prioriza un sistema económico destructor de la Madre Naturaleza.
En el Perú se ha instaurado una dictadura para profundizar ese sistema, un sistema incompatible con la sostenibilidad de las vidas. Lo cual demuestra cuál es la voluntad política del Estado peruano: servir a los intereses de los grandes poderes económicos a costa de los derechos. Un Estado que, a apenas siete años del 2030, implementa cada vez más políticas contrarias a esa Agenda. Es decir: en el Perú la implementación de la Agenda 2030 no muestra avances sino, por el contrario, graves retrocesos.
Las enormes desigualdades que enfrentamos los pueblos y las mujeres indígenas en el ejercicio a derechos fundamentales como la salud y la educación, el agua y muchos más, muestran cómo el discurso del Estado peruano es totalmente contrario a la realidad. Y somos precisamente los pueblos y las mujeres indígenas quienes desde nuestra ciencia y tecnología ancestrales sustentamos nuestros modos de vida en el vínculo espiritual con nuestra Madre Naturaleza y su cuidado.
Es hacia ese modo de vida, hacia ese futuro ancestral de Buen Vivir, que debemos encaminarnos si queremos garantizar la sostenibilidad de las vidas.