Un canal de televisión ha lanzado una campaña para proteger el medio ambiente. Nadie se atreve a oponerse a eso porque es “políticamente correcto”. Sin embargo, como siempre, es una mirada antropocéntrica, parcializada y carente de un enfoque de derechos.
Antropocéntrica porque se enfoca en defender solo la vida humana y no todas las vidas. Parcializada porque no comprende que todas las vidas están interconectadas, son mutuamente dependientes, que lo que afecta a una forma de vida afecta a todas las demás, incluidas las humanas. Carente de un enfoque de derechos porque los seres que formamos de la naturaleza, por ser seres vivos, somos sujetos de derechos. La Madre Naturaleza es sujeta de derechos que deben ser efectivamente reconocidos y protegidos.
Si no vemos el planeta como un todo, ninguna acción será efectiva por sí sola. Si solo nos preocupamos por proteger las playas o solo por los bosques, únicamente estaremos poniendo venditas a una Madre Tierra herida y todos sus ecosistemas y especies seguiremos en peligro.
Nos enseñaron que las personas somos amas de la naturaleza y la podemos utilizar y depredar como fuente inagotable de recursos. Y la acelerada crisis climática, junto con la pandemia global, nos han demostrado que no es así. Han evidenciado que la destrucción de la naturaleza es la destrucción de todas las formas de vida. La crisis integral nos exige comprender la vida de manera integral. Entender que la vida es un derecho de todos los seres vivos, entre los cuales las personas somos solo uno más: los seres humanos somos también naturaleza.
Bien o malintencionadas, muchas instituciones que se reclaman ecologistas o ambientalistas, emprenden proyectos de cuidado de los bosques o de las playas o de reciclaje de residuos sólidos, captando fondos para eso. Pero, insistimos, desde una visión antropocéntrica, parcializada y carente de un enfoque de derechos. Y muchas veces se apropian del lenguaje de los pueblos y las mujeres indígenas, sin entenderlo, en su afán de canalizar proyectos a su favor.
Es hora de entender que detrás de todas las crisis está el sistema dominante que destruye a la Madre Naturaleza y vulnera todos los derechos. Es hora que respeten nuestra ciencia y tecnología ancestrales, que dejen de apropiarse de ellas y mercantilizarlas. Es hora que se reconozcan los derechos de la Madre Naturaleza, sus ecosistemas y especies. Es hora de entender que proteger la vida significa proteger todas las vidas.
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