Tras 30 años de la COP: La incoherencia y la resistencia indígena.
- onamiap

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Han pasado más de treinta años desde la primera Conferencia de las Partes (COP) y, pese al tiempo transcurrido y a las numerosas promesas políticas, los territorios indígenas seguimos sin sentir cambios significativos frente a los impactos cada vez más graves de la crisis climática. En este escenario global que avanza lenta o nulamente, ONAMIAP estuvo presente para alzar la voz de las mujeres indígenas, denunciar las profundas desigualdades del sistema climático internacional y visibilizar las problemáticas que enfrentamos los pueblos y mujeres indígenas en nuestros territorios.
La COP30 se anunciaba como un encuentro clave. Sin embargo, una vez más prevaleció la mirada colonial y racista de quienes continúan viendo a la Madre Naturaleza como un recurso inagotable para la explotación, incluso a costa de las vidas de quienes enfrentamos la crisis climática en primera línea.
Los primeros días estuvieron marcados por el segmento de alto nivel, con la presencia de presidentas y presidentes de diversos países. Pero la cumbre culminó en un clima de frustración generalizado. La declaración final omitió mencionar la urgencia de enfrentar la dependencia a los combustibles fósiles, evidenciando nuevamente la falta de voluntad política para avanzar en negociaciones serias y vinculantes.Una vez más, los altos representantes acudieron sin intención real de alcanzar acuerdos efectivos, mientras la participación indígena continúa prácticamente bloqueada y los intereses empresariales dominan la agenda climática.
La voz y las demandas de ONAMIAP
Ante este escenario, ONAMIAP llevó con firmeza las siguientes exigencias:
Que los fondos climáticos sean reparación histórica, no mecanismos que reproducen el colonialismo y nos colocan como “beneficiarias”. Hoy, apenas alrededor del 20% del financiamiento llega realmente a los pueblos indígenas.
Justicia climática para los territorios afectados, con atención urgente a los daños y pérdidas.
Participación efectiva y justa de los pueblos y mujeres indígenas, con voz vinculante, no meramente observadora.
Fin a la mercantilización de la crisis climática.
Políticas climáticas libres de intereses comerciales, coloniales y extractivistas.
Una transición energética justa, soberana, popular y solidaria.
Incluso en los diálogos formales, las contradicciones fueron evidentes. “El Ministerio del Ambiente, en nuestra propia cara, nos dijo que la Plataforma de Pueblos Indígenas fue idea de ellos, cuando ha sido iniciativa y lucha de las organizaciones indígenas”, relataron nuestras dirigentas.
¿Qué logramos?
A pesar de todas las limitaciones estructurales, ONAMIAP continúa fortaleciendo procesos de base para que más mujeres indígenas participen e incidan en estos espacios internacionales. La COP sigue siendo, a pesar de sus contradicciones, un lugar donde la resistencia indígena se sostiene, se articula y se amplifica.
Entre los principales avances logrados:
1. Reunión con el Relator de la ONU Albert Barume
Nuestras dirigentas compartieron cómo seguimos resistiendo, reforestando y cuidando a la Madre Naturaleza. Barume reconoció la fuerza de nuestras lideresas jóvenes y la urgencia de su labor.
2. Articulación con organizaciones indígenas de otros países
Se reafirmaron alianzas para fortalecer la defensa territorial y la incidencia colectiva en espacios internacionales.
3. Reunión con la Relatora Especial de la ONU sobre DDHH y Cambio Climático
ONAMIAP expuso cómo la crisis climática, agravada por actividades extractivistas, vulnera los territorios y derechos de los pueblos y mujeres indígenas.Exigimos el reconocimiento de la Madre Naturaleza como sujeto de derechos, en coherencia con nuestra relación espiritual, ancestral y de cuidado.
4. Liderazgo indígena en eventos clave
ONAMIAP lideró el evento “Pueblos Indígenas y las NDC 3.0: Derechos, reconocimiento y el camino a seguir”, enfatizando la urgencia de que las NDC del Estado peruano incorporen plenamente la mirada, los derechos y la sabiduría de los pueblos y mujeres indígenas.

Estas decisiones verdaderas —las que transforman vidas y territorios— siguen siendo postergadas e incluso, nos atraveríamos a decir, ignoradas “Hay un negocio del clima”, subraya una dirigenta de ONAMIAP.
Treinta años después, la urgencia climática no espera. Tampoco la voz de los pueblos indígenas, que continúa exigiendo coherencia, justicia climática, participación y respeto en los espacios donde se define el futuro del planeta.












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