A cinco horas de Lima Metropolitana, en la provincia de Yauyos, vive el jaqaru, una lengua milenaria que aún busca proyectarse al futuro. Según el censo del 2007, solo 590 personas se reconocen como hablantes de este idioma. Entre ellas, Yolanda Nieves.
Yolanda nació en Tupe, una comunidad enclavada en la bella serranía limeña, pero de difícil acceso. Tal vez eso ha permitido que los pobladores mantengan sus costumbres intactas; una hermosa vestimenta preínca y una lengua como el jaqaru, transmitida de generación en generación, de forma oral por las mujeres. Ella nos saluda con un “Amurutyatyi” (“¿Cómo estás?”) y luego nos regala otras palabras como ‘puruitxatyi’, ‘jilaki’, ‘maqcasua’, y es inevitable enamorarse del sonido.
¿En qué lugares se habla la lengua jaqaru?
En la provincia de Yauyos, en Lima, en los centros poblados de Aiza, Tupe y Colca.
Usted ha estudiado mucho el jaqaru. ¿En qué momento la lengua empezó a extinguirse?
No queremos hablar de extinción, preferimos hablar de vitalización. Hay que cuidar el lenguaje, hay que hacer que el mensaje llegue en positivo, pues si no los niños pueden decir: “Ay, está muerto, mejor ya no hablo esta lengua”. Además, la gente no concibe que se está perdiendo la lengua, pues seguimos hablando jaqaru. Aunque es cierto que la generación de niños no está siendo educada en nuestra lengua.
Entonces, ¿cuál es el problema para trabajar en la vitalización de esta lengua?
Esto es un problema que responde en parte a la introducción de las tecnologías, que les muestra a los niños otra cultura, otras cosas. Nos hace falta ver cómo usar la tecnología para vitalizar la lengua. Aunque el problema es mayor: no hay presupuesto para que se designe a un profesor especializado o a los sabios del lugar para que trabajen como acompañantes de los profesores. Además, la Unidad de Gestión Educativa (UGEL) y el Ministerio de Educación (Minedu) no cuentan con especialistas permanentes en lengua jaqaru. Las consultorías son específicas. Tampoco hay dentro del horario escolar un espacio para enseñar la lengua sistemáticamente.
Entonces, no se ha hecho oficial la enseñanza del jaqaru en los colegios de la zona.
No. En el 2006 y 2007 fui coordinadora del proceso de formación docente en la lengua jaqaru en el pedagógico de Catahuasi, en Yauyos, y desarrollaba las clases en jaqaru para docentes. Ellos adquirieron la lectoescritura en jaqaru y sí aplican la educación bilingüe, pero no de manera sistemática.
¿Quién supervisa la mecánica de esa aplicación?
Particularmente yo, porque además soy consultora del Minedu en la producción de textos en lengua jaqaru. Hemos tenido algunas reuniones con el Minedu y la UGEL, por eso el año pasado hicimos el manual de uso del alfabeto jaqaru y este año el manual de escritura, ambos para docentes. También hicimos dos textos: uno para inicial y otro para primer ciclo de primaria, y una lámina, como un banner del alfabeto.
¿Cuándo se oficializó el alfabeto jaqaru?
El alfabeto lo consensuamos en el 2007, pero la normalización del alfabeto se dio en el 2011. Ese fue un esfuerzo conjunto. Trabajamos muy duro, la población y las autoridades. Antes de esa fecha, el jaqaru estaba concebido como un dialecto, una variedad, cuando en realidad es una lengua. Y es de Lima. Al calificar una lengua como dialecto no se le da la importancia que merece, y este estigma lo arrastran muchas lenguas en nuestro país.
Cuéntenos, ¿cuáles son las principales diferencias entre el jaqaru y el castellano?
Nosotros diferenciamos femenino humano, masculino humano, femenino animal, masculino animal y así. Existe un género neutro. A pesar de estas especificaciones de género, no usamos artículos. Por eso, el jaqaru no tiene una traducción literal. Intentar hacer eso es romper una estructura mental. El jaqaru es una de las lenguas más antiguas del mundo andino que aún sigue vigente. Tenemos 36 consonantes y 3 vocales. Así tiene más sonidos que el quechua y el aimara juntos.
¿Cómo ayuda este taller del Ministerio de Cultura a trabajar en la preservación de las lenguas?
En este taller de traductores del Ministerio de Cultura hemos aprendido que es riquísimo poder reflexionar sobre cada lengua. Cada una tiene especificidades de acuerdo con su contexto, su vocabulario muestra su forma de ver el mundo. Imagínese si una lengua desaparece, se pierde toda esa riqueza de conocimientos distintos que cada pueblo recoge de sus antepasados.
YOLANDA NIEVES PAYANO ITURRIZAGA
Lingüista
Tengo 51 años. Nací en la comunidad de Aiza, poblado de Yauyos, en la región Lima. Soy lingüista de profesión. Estudié en la Universidad Mayor de San Andrés en La Paz, Bolivia, gracias a una beca. Soy consultora en lengua jaqaru para el Ministerio de Educación. Acabo de participar en el V Curso de Intérpretes organizado por el Ministerio de Cultura. Se capacitó a 30 representantes de lenguas indígenas, priorizando aquellas en peligro de extinción. Una de ellas es el jaqaru.
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