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Mujeres indígenas en lucha y resistencia por una real representación y participación política

La participación y representación política es un derecho de los pueblos y las mujeres indígenas amparado por instrumentos internacionales. Es también una deuda histórica del Estado con nosotras. Nuestra lucha por alcanzarlas recoge y da continuidad a la lucha de nuestras ancestras, que enfrentaron el colonialismo al que la creación de la República no puso fin y persiste hasta nuestros días.


Así lo expresaron las lideresas indígenas ponentes en el conversatorio virtual “Mujeres indígenas: luchas y resistencias por nuestra real participación y representación política”, realizado el 31 de mayo por ONAMIAP, en el que dialogamos sobre los mecanismos de elección popular que necesitamos.


Las ponentes fueron Melania Canales Poma, coordinadora regional de ECMIA Sur; Clelia Jima Chamiquit, del Consejo de Mujeres Awajún Wampís; y Guadalupe Flores Chaca, de la Organización de Mujeres Indígenas Originarias Mosoq Pacha. Moderó el conversatorio Ketty Marcelo López, presidenta de ONAMIAP.


Ellas coincidieron en enfatizar la precariedad de la situación política de las mujeres indígenas, que no tenemos representación en los espacios del Estado. Señalaron la necesidad de reformar las leyes y construir una nueva Constitución para llevar nuestras agendas a los espacios de toma de decisiones en todos los niveles de gobierno. Saludaron la iniciativa de ONAMIAP de elaborar una propuesta de ley para crear la circunscripción electoral indígena y llamaron a la unidad de las organizaciones indígena para alcanzar este objetivo.


Cuestionaron los mecanismos actuales, como la Ley de Paridad y Alternancia y la cuota indígena que rige para las elecciones regionales y locales. Esas normas no garantizan nuestra participación y representación política porque a las mujeres indígenas nos ponen de relleno en los últimos lugares de las listas y no se verifica que los candidatos y candidatas lleven nuestras agendas.


Lo que necesitamos, dijeron, es un mecanismo por el cual elijamos a nuestros y nuestras representantes según nuestras propias formas indígenas de organización y toma de decisiones, sin la mediación de los partidos políticos que desconocen nuestras agendas, representan los intereses de los poderosos y se oponen a toda ley que promueva nuestros derechos y los derechos de nuestra Madre Naturaleza. Recordaron como el racismo estructural se traduce en acoso a las mujeres indígenas que llegan a espacios de representación.


Melania Canales Poma subrayó que “los partidos políticos nos imponen sus agendas. El racismo no permite que se legisle a favor de nuestros derechos. Esos partidos tienen un dueño, no representan a nadie, negocian los puestos, los cargos. Va quien tiene plata y no el que tiene principios y valores. ¿Por qué votar por quienes nos oprimen? Debemos votar por principios y valores.


Clelia Jima añadió que “muchos candidatos cuando llegan al poder llegan vacíos. Han sido invitados y no conocen la agenda de los pueblos y las mujeres indígenas. No debemos abandonar a las personas que llegan a esos espacios, como organizaciones de base debemos coordinar con ellas”.


Guadalupe Flores indicó que “a veces las hermanas que son elegidas se alejan de su organización y pierden ese respaldo, esa fuerza que los ayudaría a aprobar un proyecto. El poder económico muchas veces las utiliza para que estén de su lado. Quien va a representarnos debe conocer nuestras luchas históricas, ser parte de ellas. Respetar nuestras ciencias ancestrales. Para que no la utilicen y no se vaya a las filas de los grandes poderes”.



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