Las mujeres indígenas preservamos y damos continuidad a la vida. No solo las de nuestras hijas e hijos, sino todas las vidas: cuidamos a la Madre Naturaleza y cultivamos nuestra identidad, nuestra memoria, nuestra ciencia y tecnología ancestrales para las generaciones futuras. Este “Día de la Madre” nos encuentra en pie de lucha, protegiendo y defendiendo las vidas, las que nos arrebatan con balas, con despojo territorial, con la sistemática vulneración de nuestros derechos colectivos e individuales.
Asesinan a nuestros hijos e hijas porque ellos y ellas abrazan el legado de resistencia contra un colonialismo de más de cinco siglos que hoy arremete brutalmente para perpetuarse. Nos disparan con nuestros hijos a la espalda y nos acusan de ser malas madres. Nos criminalizan porque buscamos alimentos para nuestros hermanos y hermanas en lucha.
No creemos en un “día de la madre” comercial, con flores, tarjetas y regalos. Creemos en la fuerza que nos da la Madre Naturaleza y más de cinco siglos de resistencia. Creemos en nuestra organización y en nuestro compromiso de seguir defendiendo sin pausa las vidas y los derechos.
En este “día de la madre” levantamos las voces de las madres indígenas en lucha, de aquellas a quienes les asesinaron a sus hijos, que son también nuestros, porque son de nuestros pueblos. De las madres que desde hace décadas siguen buscando a sus hijos e hijas desparecidos en la oscura época de la violencia política.
También las voces de las decenas de miles de mujeres indígenas a las que truncaron la posibilidad de ser madres con las esterilizaciones forzadas perpetradas por una dictadura que hoy se ha renovado, más cruel. Aquellas mujeres indígenas con quienes seguiremos exigiendo justicia y reparación, hasta alcanzarlas.
Desde ONAMIAP, un gran abrazo colectivo de compromiso, de esperanza, de lucha y resistencia para todas las madres indígenas.