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Foto del escritoronamiap

Las mujeres indígenas quechuas resistimos para existir frente a las múltiples violencias

Durante los meses de agosto, septiembre y octubre se realizaron los módulos I y II sobre violencia de género, justicia y sanación y empoderamiento en derechos para la incidencia política. Estos encuentros se desarrollaron en el distrito de Julcamarca, Chuschi y en la provincia de Huancasancos, reuniendo a un total de 135 lideresas y dirigentas quechuas.


En el segundo módulo, realizado del 29 al 2 de octubre, participaron lideresas de la provincia de Huancasancos, Carapo y Chuschi, de la Federación de Mujeres Indígenas de la Provincia de Huancasancos - FEMIPH, base de FEREMIA (Ayacucho), ONAMIAP y de la Federaciones y asociaciones de mujeres de los distritos de Santo Tomas de Pata, Secclla, Congalla y Julcamarca pertenecientes a la Federación de Mujeres Quechuas de la zona sur de Angaraes – FEMUQECH (Huancavelica).


En estos encuentros se reflexionó sobre las situaciones que enfrentamos los pueblos indígenas frente al colonialismo. En el caso de Julcamarca las lideresas comentaron que hubo varios distritos que decidieron separarse de Julcamarca, donde habitaban muchos colonizadores. “Nosotros nos separamos de Julcamarca porque era una epoca de abusos y centralismo. Queríamos la independencia y desarrollar nuestras propias comunidades”, comentó una integrante de Santos Tomás de Pata. “Renunciamos a Julcamarca porque nos trataban mal, había cuatro familias que dominaban y se reelegían como alcaldes, nos discriminaban porque no teníamos dinero, serranitos nos decían”, dijo una integrante de Secclla.


Esta independencia ayudó para reclamar nuestros derechos y recuperar nuestros conocimientos ancestrales. “Hemos aprendido de cosecha, ya no nos falta verde, a sembrar los puquiales, hemos aprendido mucho […] Queremos hacer memoria de nuestra historia, es importante recordar y rechazar lo que nos ha impuesto el colonialismo”.


Las mujeres indígenas nunca nos rendimos a la invasión europea ni renunciamos a la defensa de nuestros derechos. Siempre luchamos de distintas formas, participando en rebeliones como estrategas, manteniendo y transmitiendo nuestro idioma, nuestra ciencia y conocimiento ancestral.

En esta misma línea se reflexionó sobre la organización de las mujeres indígenas. Las participantes comentaron que uno de los problemas es la falta de tiempo y la sobrecarga familiar. “En casa tenemos múltiples tareas, para mí es difícil, hay muchos obstáculos, hay que organizarnos y participar a pesar de que los varones digan que nos juntamos para chismosear […] Si retrocediéramos 10 años no estaríamos aquí, ahora las mujeres asumimos cargos”, detalló una de ellas.


Asimismo, adviriteron que las actividades extractivas dividen a la población “En Huancasancos uno de los problemas es la minería que ha entrado en la población. La empresa minera ha ‘comprado’ a varios comuneros y autoridades, lo cual ha generado cierto recelo con la organización”, comentó una dirigenta.


En el caso de Secclla dnunciaron que las mujeres indígenas sufren múltiples abusos. “No somos escuchadas, hay violencia física, económica, somos discriminadas […] Por ejemplo, cuando la mamita va a los puestos de salud, la devuelven porque habla su quechuita, le dicen vuelve con alguien que hable español, no te entiendo […] Peor aún cuando vamos a Lima, nos dicen cholitas, ya llegaron las llamas, vamos a bañarlas en la playa, lo dicen de manera despectiva, para humillarte”, dijo una de las participantes. Todas estas violencias están originando que se estén perdiendo las costumbres, el idioma. Una de las lideresas señaló que en los colegios se está perdiendo el quechua, los estudiantes llevan un solo curso en quechua.


Es importante recordar que descendemos de pueblos indígenas, que estamos aquí desde antes de la invasión española. Por ello, es vital conservar el idioma, nuestras historias, saberes y respeto a la Pachamama. Tener conciencia de que pertenecemos a un pueblo originario y tenemos derechos. El racismo y la discriminación nos hacen rechazar nuestra herencia ancestral, sobre todo a las nuevas generaciones.


Durante el encuentro participó Fidela Meza Núñez, la primera dirigenta de la Federación de Mujeres de Huancasancos, quien compartió su experiencia y animó a las participantes a seguir organizándose y sobre todo a continuar resistiendo como mujeres indígenas.


Este encuentro se desarrolló en el marco del proyecto Voz y Liderazgo de las Mujeres, gracias al apoyo de ONAMIAP, Cuso International y el Gobierno de Canadá.


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