
Reunidas en asamblea, los días 30 y 31 de mayo, en la ciudad de Lima, las dirigentas y lideresas organizadas convocadas por la Organización Nacional de Mujeres Indígenas Andinas y Amazónicas del Perú (ONAMIAP), expresamos nuestra preocupación y rechazo ante los constantes atropellos y falta de respecto a la autonomía de los pueblos indígenas:
La crisis climática en la que nos encontramos es alimentada por el sistema capitalista y extractivista que arrasa con las vidas. Responsabilizamos al Estado peruano, en especial al Ministerio del Ambiente, por no actuar ni sancionar, de forma inmediata, los efectos de la crisis climática generada por las actividades extractivas y de infraestructura, que afectan nuestros modos de vida y a la Madre Naturaleza. Exigimos el respeto a la Madre Naturaleza, su reconocimiento como sujeta de derecho, pues es nuestra Madre. Para las mujeres y pueblos indígenas es fundamental su cuidado porque tenemos una relación ancestral con ella y toda la diversidad de vidas que la habitan, pues nos comparten sus bondades y fuentes de vida para el Buen Vivir y la Vida Plena.
Nuestro legado ancestral nos ha permitido resistir múltiples violencias, desde nuestros saberes, conocimientos, ciencias y tecnologías ancestrales. Con estos enfrentamos los cambios en el clima, con estos ahora resistimos la crisis climática. Somos un pilar fundamental para la gobernanza climática: por ello, demandamos impulsar la creación de plataformas regionales y locales para articular estrategias integrales de promoción, defensa y protección a la Madre Naturaleza desde la sabiduría indígena.
Los pueblos y mujeres indígenas tenemos derecho a la autonomía y libre determinación. Derechos amparados por el Convenio 169 de la OIT, la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas, la Declaración Americana sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas, la CEDAW y su Recomendación General sobre los Derechos de las Mujeres Indígenas, entre otros. Exigimos al Estado en sus tres niveles de gobierno (nacional, regional y local), que garantice y haga respetar nuestros derechos. Demandamos que respeten nuestro sentir y pensares que habitan en el territorio ancestral, que recojan nuestras palabras, nuestros propios conceptos: como en la actualización de la Estrategia Nacional de Diversidad Biológica, donde no respetan los acuerdos de las organizaciones indígenas ni incorporan nuestras propuestas ni demandas.
Exigimos que el Estado peruano no nos mate y garantice las vidas de los pueblos indígenas que luchamos y defendemos nuestros territorios integrales ancestrales, exhortamos al Estado que ratifique el Acuerdo de Escazú. No hay justicia para el pueblo indígena, aun cuando hacemos múltiples denuncias, estas son ignoradas; como lideresas y dirigentas no estamos protegidas y enfrentamos discriminación, estigmatización, amenazas, persecución, extorsión y hasta asesinatos. Exigimos al Estado que cumpla con su deber de proteger por nuestras vidas y territorios: basta de permitir el ingreso de actividades ilegales, extractivistas, monocultivos, madereros y otros.
¡Resistimos para existir por las vidas y la dignidad!
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