Los días 9 y 10 de julio desarrollamos en el distrito de Coyllurqui, provincia de Cotabambas, región Apurímac, la escuela itinerante Ñaupaqta Tapuway, con 17 representantes de las comunidades de Chuyllullo, Chiskahuaylla y Acpitan, para dialogar sobre nuestros derechos territoriales, y visibilizar las medidas que adopta el Estado para vulnerar nuestros derechos colectivos y dañar nuestra relación de vida con la Pachamama.
Para los pueblos indígenas, nuestro territorio está formado por un todo que guarda relación entre sí, nuestros pujidos, mayus, ñawis y phuyus son el líquido vital de nuestra vida en el tiqsimuyo y corren por nuestro territorio o allpas como corre la sangre por nuestras venas, dando vida a la flora y fauna. Todo está en armonía con el todo y no puede ser de otra manera: si se rompe la armonía, se rompe nuestra relación de vida con nuestros ancestros y nos sentencia a una muerte lenta.
Durante el diálogo se evidenció que por años nuestra relación con el todo ha sido violentada y dañada. Nuestros ancestros lucharon por defender nuestros territorios, pagaron con cuotas de sangre y fueron explotados por los colonizadores. Hoy resistimos y seguimos luchando, por eso necesitamos sanar a la Madre Naturaleza que es afectada por la contaminación y el cambio climático. Y exigimos al Estado políticas que nos ayuden a resguardar nuestra relación de vida con la Pachamama para heredarlas a nuestras futuras generaciones.
Señalaron además que el Estado no cumple con la protección de los pueblos indígenas, no adopta medidas especiales adecuadas a cada contexto. Por el contrario, nos impone medidas, crea leyes a nuestras espaldas, nos miente y concesiona nuestros territorios sin consultarnos. El Estado promueve la parcelación y titulación individual, la autoridad nacional del agua nos exige que registremos nuestros ojos de agua y luego desconoce nuestros derechos sobre ella y licita la administración de nuestra agua a empresas privadas.
Nuestros pueblos crían el agua y la conservan reforestando con plantas nativas en las partes altas; sin embargo, “muchas veces vienen del municipio y cortan nuestros árboles de campanillas alegando que ellos saben lo que hacen; les pedimos que no los corten porque esos árboles conservan las aguas subterráneas y porque es un bosque ancestral, pero no quieren escucharnos. Como resultado, muchas especies de árboles se han extinguido en nuestras comunidades”.
Además, el río Vilcabamba, que está siendo contaminado por la mina desde el tajo Chalcobamba ubicado en la comunidad de Huanuire. “Esto nos afecta a todas las comunidades de la cuenca del rio Vilcabamba porque ya no podemos utilizar esta agua para regar nuestros frutales y cultivos, ya no hay la variedad de peces como antes, la rana desapareció, los cóndores son escasos, los sapos bajaron su población y están enfermos”, señalaron.
Agregaron que “el Estado no hace nada, nosotros no existimos para la clase política y no reconocen nuestros derechos. Nos sentimos amenazados e inseguros por un Estado peruano capitalista, mercantilista y neoliberal, que no respeta las normas internacionales, no garantiza el respeto y cumplimiento de los derechos individuales y colectivos de los pueblos y comunidades indígenas”.
La escuela itinerante Ñaupaqta Tapuway fue realizada por ONAMIAP en el marco del proyecto “Mujeres indígenas quechuas incidiendo para una gobernanza territorial con equidad de género y el pleno ejercicio del derecho a la consulta previa, libre e informada; y el pleno ejercicio de sus derechos a la participación”, con el apoyo de Fundación Ford.
Comments