La situación política de las mujeres indígenas en nuestros países de toda América Latina es, en su mayoría, es muy precaria, casi no hay representatividad en el Legislativo, Ejecutivo y Judicial. Y para lograr mayor participación de las mujeres e indígenas es necesario legislar, reformando las leyes electorales y de los partidos políticos. También es un imperativo que los estatutos de los partidos políticos contemplen la participación equitativa, paritaria, o al menos una cuota del 30% como una medida afirmativa y estratégica a fin de obtener resultados de participación política efectiva de mujeres e indígenas.
Si la estrategia se pusiera en marcha a los largo de Iberoamérica, tendríamos países más equitativos, se eliminaría la pobreza, habría igualdad en participación, mejores oportunidades y más desarrollo. Por otro lado, se lograría la titularidad de los derechos de las mujeres en los ámbitos económicos, sociales y políticos, se fortalecería la democracia y la igualdad de la ciudadanía. Los desafíos actuales de la democracia iberoamericana, y especialmente latinoamericana, es lograr la representatividad de las mujeres y de los pueblos indígenas en el ejercicio político, con espacios de poder y de decisión local, nacional y regional.
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