En Ayacucho, ONAMIAP y su organización base regional FEREMIA realizan diagnósticos comunitarios para el monitoreo de sus derechos como pueblos indígenas. Entre los primeros hallazgos se evidencia vulneraciones a su derecho al territorio por parte de actividades militares y secuelas en la salud mental como consecuencia de la violencia política.
Durante los meses de junio y agosto, la Organización Nacional de Mujeres Indígenas, Andinas y Amazónicas del Perú (ONAMIAP) y la Federación Regional de Mujeres Indígenas de Ayacucho (FEREMIA), avanzan en la ejecución de diagnósticos comunitarios en dos comunidades indígenas quechuas de Ayacucho, a través de un proceso participativo de reflexión y análisis crítico.
Las actividades se iniciaron con la realización de talleres para el fortalecimiento de conocimientos sobre los derechos colectivos de los pueblos indígenas y, posteriormente, se desarrollaron grupos de trabajo para la aplicación del cuestionario comunitario que permite monitorear y evidenciar la situación en la que se encuentra el disfrute de los derechos de pueblos indígenas.
Para garantizar los enfoques de género, intergeneracional, intercultural y de derechos de los pueblos indígenas, en los talleres participaron hombres y mujeres adultas/os y jóvenes, se realizaron discusiones de grupo con mujeres y los temas se abordaron considerando las características específicas por género y generación con la finalidad de promover una mirada colectiva, crítica y reflexiva construida desde la cosmovisión y perspectivas de las comunidades.
El proceso de ejecución de los diagnósticos comunitarios se realiza a través de un trabajo articulado de ONAMIAP y la Federación Regional de Mujeres Indígenas de Ayacucho (FEREMIA), base organizativa de ONAMIAP en la región Ayacucho. Dicho proceso incluye tres etapas: 1) Reuniones de presentación de la propuesta y coordinación con las juntas directivas de las comunidades, 2) Talleres de aplicación de los cuestionarios comunitarios y discusión de grupo con mujeres; 3) Revisión y análisis de los resultados y 4) Digitación y sistematización de los cuestionarios en el sistema del Navegador Indígena (esta última se realizará en el siguiente mes),
Entre los primeros hallazgos se evidencian las limitaciones que enfrentan las comunidades en el disfrute pleno y efectivo de sus derechos colectivos. En las comunidades de Ayacucho, el Estado no brindó una reparación adecuada, posterior al periodo de violencia, y los comuneros sufren aún las secuelas en la salud mental que ha dejado este periodo, hecho que es identificado como una de las causas de la pobreza monetaria. Asimismo, una de las comunidades señala que dentro de ella comunidad se instaló una base militar durante el periodo de violencia que permaneció hasta 1997; pero a la fecha, aún “entran militares a patrullar hasta cuatro días consecutivos”. Ante ello, la comunidad, que inicialmente acudía a las convocatorias de los militares, en los últimos años ha reconocido esto como una vulneración a sus derechos, y poco a poco está dejando de acudir.
Los cuestionarios comunitarios están en proceso de sistematización y elaboración de documentos de informe, los que serán devueltos a las comunidades y les será útil para elaborar sus planes de vida, presentar sus demandas y propuestas a los gobiernos locales y defender sus derechos colectivos.
Esta actividad es parte de la implementación del Navegador Indígena, una iniciativa con herramientas para y por los pueblos indígenas para monitorear el reconocimiento y la aplicación de nuestros derechos individuales y colectivos.
Actualmente, ONAMIAP junto a sus bases organizativas en tres regiones viene replicando esta actividad en dos comunidades indígenas quechuas de Ayacucho; dos en Cusco y cuatro comunidades indígenas Asháninkas en Junín, con la finalidad de poder realizar incidencia a nivel local, nacional e internacional, y avanzar hacía el pleno y efectivo reconocimiento y realización de los derechos de los pueblos indígenas. Esta iniciativa se implementa con el apoyo del Grupo de Trabajo Internacional para Asuntos Indígenas (IWGIA) y el apoyo financiero de la Unión Europea.
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