La Amazonía es rica en diversidad biológica y cultural. Tiene el bosque tropical más extenso del mundo, cuidado ancestralmente por más de 350 pueblos indígenas. Pero el modelo económico extractivista la está destruyendo.
ONAMIAP ha desarrollado un intenso trabajo con los pueblos indígenas y sus organizaciones en tres regiones del país, que a su vez tienen unos de los índices más altos de deforestación a nivel nacional. Uno de los productos de este trabajo es la cartografía de los conflictos territoriales en Madre de Dios, San Martín y Ucayali.
En esta cartografía mostramos con cifras y mapas cómo las actividades extractivas generan conflictos territoriales por la imposición de un modelo de desarrollo que atenta contra los derechos de los pueblos indígenas y los derechos de la madre naturaleza. En Madre de Dios, por ejemplo, las actividades económicas impuestas son la extracción del oro, la agricultura y la ganadería, provocando impactos ambientales y culturales en los territorios ancestrales indígenas.
La minería (legal, ilegal e informal) invade áreas naturales protegidas, comunidades nativas y reservas territoriales, mientras que las actividades agrícolas y ganaderas, que son actividades tradicionales de la economía indígena y que se realizaban en espacios controlados y manejados por familias, ahora multiplican la deforestación al no tener regulación por parte del Estado. Todo esto se ha acelerado con la construcción de la Carretera Interoceánica, en el 2010, que dinamiza esas actividades y la tala ilegal.
San Martín también basa su economía en actividades extractivas, que generan grandes áreas degradadas y deforestadas. Muestra de ello es que esta región albergaba cinco hectáreas de bosque amazónico y ha perdido la mitad de ellas desde la construcción de la Carretera Belaúnde Terry, en los años sesenta.
La causa principal de esta deforestación es el cambio de uso de suelo producido por la “colonización” de la Amazonía, que se emprendió ignorando la presencia ancestral de pueblos indígenas en ella., lo que ha provocado múltiples conflictos por las concesiones otorgadas sin consulta previa, libre e informada, sobre todo en el caso de concesiones madereras y agroindustriales.
Ucayali no escapa a esta realidad. Las principales actividades económicas impuestas son las mineras, agrícolas y petroleras. Estas producen el cambio de uso del suelo (causa principal de la deforestación) y conflictos sociales por el control de los bienes naturales y los territorios.
La Carretera Federico Basadre, construida en 1943, impulsa el ingreso de taladores ilegales, del narcotráfico, de empresas agroindustriales, sobre todo de palma aceitera, y forestales, generando invasión y despojo de los territorios indígenas.
Para conocer esto y más, visita aquí nuestra Cartografía: https://arcg.is/0nTe5y
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