NI UN MINUTO MÁS UN GOBIERNO QUE ASESINA: ¡RENUNCIA JERÍ!

El 15 de octubre, el pueblo peruano volvió a las calles. Desde Lima hasta Puno, Cusco, Ayacucho y otras regiones, miles se levantaron contra el pacto mafioso que sigue asesinando y saqueando al país. Los pueblos originarios también nos movilizamos, levantando nuestras voces frente al avance de las economías ilegales, la corrupción y el abandono estatal que amenazan nuestras vidas y territorios. Pero una vez más, el Gobierno de José Jerí respondió con represión y muerte.

En Lima, la Policía Nacional del Perú emboscó a manifestantes en la avenida Abancay, cerrando las calles para acorralarlos. Usaron perdigones, bombas lacrimógenas y agentes infiltrados para golpear, detener arbitrariamente y atacar a quienes protestaban pacíficamente. La represión dejó un muerto y decenas de heridos.

El joven músico Eduardo Ruiz Sanz (32) fue asesinado en la Plaza Francia por el suboficial de tercera Luis Magallanes, de la División de Investigación Criminal. La propia Policía confirmó que fue él quien disparó el proyectil que acabó con su vida. No fue un exceso ni un error: fue un crimen de Estado. Exigimos justicia inmediata y sanción ejemplar para los responsables directos y políticos de este asesinato.

Ese mismo día, Luis Reyes Rodríguez (28) fue inducido al coma tras sufrir una fractura cerebral causada por el impacto de un objeto contundente en la cabeza. Su familia pide justicia mientras él lucha por su vida en el Hospital Loayza. Además, una niña de 11 años resultó herida por el impacto de una bomba lacrimógena lanzada por la Policía en pleno centro de Lima. ¿Qué clase de gobierno dispara contra su pueblo, contra una niña?

Rechazamos rotundamente el accionar criminal de la Policía Nacional del Perú, que una vez más demuestra ser instrumento de represión y no de protección. Denunciamos el silencio cómplice del Gobierno de José Jerí y del Congreso, responsables políticos de esta violencia. El pueblo tiene derecho a protestar, y ningún régimen puede sostenerse sobre la sangre de quienes exigen justicia y dignidad. Exigimos al Ministerio Público investigaciones transparentes y sin encubrimiento. Exigimos al Ministerio del Interior y al Ministerio de Salud atención integral a las víctimas y acompañamiento a sus familias. Y exigimos el fin de la criminalización y persecución contra quienes se movilizan.

Esta violencia no es nueva. Como pueblos originarios sabemos que responde a una estructura racista, patriarcal y colonial que se mantiene intacta. Por eso, exigimos la renuncia inmediata de José Jerí, justicia, verdad y reparación para los heridos, detenidos y el joven asesinado; una investigación independiente sobre los abusos de la PNP y la destitución del gabinete del terruqueo, que ampara políticas de muerte y persecución. Demandamos que la presidencia del Perú sea asumida por una persona idónea, sin denuncias ni antecedentes antidemocráticos. Desde los pueblos y mujeres originarias seguimos firmes, defendiendo la vida y la dignidad frente a un Estado que nos mata.

¡Ni un minuto más un gobierno que asesina!

¡Renuncia Jerí! ¡Justicia para Eduardo Ruiz y Luis Reyes!