El abrazo de Pedro Castillo con Jair Bolsonaro es una vergüenza. El presidente de Brasil es el máximo representante de la ultraderecha en el continente. Tiene una política sistemática de exterminio y despojo territorial contra los pueblos indígenas. Niega la crisis climática. Privilegia las actividades económicas sobre el cuidado de la vida en plena pandemia de Covid-19. Su ultraconservadurismo rechaza toda política conducente hacia la igualdad de género.
Apostamos por un sindicalista, aun sabiendo que era machista y homofóbico, porque tenía claridad sobre la opresión de clase. Pero hasta en eso Pedro Castillo ha claudicado. ¿Cómo puede un hombre que prometió cerrar brechas de desigualdad y reivindicar a los pueblos indígenas abrazar a este nefasto personaje? ¿Es este un giro definitivo hacia la ultraderecha? La traición sigue consumándose…
Comentários