La dictadura se niega a declarar la emergencia ambiental y sus leyes crean las condiciones para multiplicar los incendios forestales.
El Perú está en llamas. El propio Ministerio de Defensa ha dicho que “monitorea” 87 incendios forestales. El Instituto Nacional de Defensa Civil (INDECI) dice que son 47 incendios activos. Lo atribuyen a “prácticas ancestrales”, pero para los pueblos y las mujeres indígenas la Madre Naturaleza - como mencionamos a los bosques - son fuente de vida y los cuidamos desde siempre, porque son nuestra casa.
Hasta la fecha se han registrado 222 incendios forestales, que han afectado a 20 regiones de las 26 regiones del Perú. Y ya suman catorce personas fallecidas, en su mayoría adultos mayores que se vieron imposibilitados de resguardarse contra los incendios. Pero para el presidente del Consejo de ministros de la dictadura, Gustavo Adrianzén, “no hay razones” para declarar la emergencia ambiental. También descartó pedir ayuda internacional para enfrentar la situación, aunque admitió que tienen capacidades muy limitadas para combatir el siniestro desde el aire debido a las condiciones climáticas.
Esos incendios recorren América del Sur hace más de diez días. La crisis climática los alimenta. No solo son pérdidas de vidas humanas, sino todas las vidas que albergan los bosques se están perdiendo, lo cual atenta contra los derechos fundamentales de los pueblos indígenas que los cuidan y contra la pervivencia del planeta.
El Estado no solo es incapaz de controlarlos, lo peor es que no tiene voluntad política para hacerlo. El sistema destructor de la Madre Naturaleza al que sirve necesita arrasar con vidas y derechos para profundizarse y perpetuarse. Por eso el Congreso de la República aprobó la Ley Antiforestal 31973, que, al promover las actividades ilegales, como la tala y el narcotráfico, y los monocultivos, crea las condiciones para multiplicar los incendios forestales.
Exigimos acciones inmediatas para sofocar la ola de incendios forestales que está arrasando con miles de hectáreas. Exigimos medidas preventivas. Todo en coordinación y consulta con los pueblos indígenas afectados. Exigimos la derogatoria de la nefasta Ley Antiforestal. Defender nuestros bosques es defender todas las vidas.
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