El 24 de junio era llamado “Día del Indio”, luego se cambió a “Día del Campesino”. A lo largo de la historia, nos han puesto muchos nombres. Indios, salvajes, aborígenes, nativos, campesinos, rondas y hoy defensores ambientales… Todos estos términos con una fuerte carga peyorativa debido al racismo que se instaló en estos territorios hoy llamados Perú de manera estructural a partir de la invasión europea.
Con la Reforma Agraria de 1969, nos cambiaron otra vez de nombre: comunidades campesinas en la costa y los andes y comunidades nativas en la Amazonía. Pero no nos confundamos: somos pueblos indígenas, los primeros habitantes de estos territorios, los que resistimos día a día en defensa de nuestra identidad cultural y de nuestros derechos. Los que recogemos la memoria histórica de lucha de nuestros ancestros y ancestras.
Porque no se trata solo de un cambio de nombre: es una política sistemática para arrebatarnos nuestra identidad cultural y con ello despojarnos de nuestros derechos colectivos y debilitar nuestras luchas. Una identidad cultural que surge de nuestro vínculo especial con nuestros territorios, con nuestra Madre Naturaleza. Con múltiples y crecientes políticas de despojo territorial y destrucción de la Madre Naturaleza.
Por eso tratan de “asimilarnos” a su modelo de “desarrollo”, para destruir nuestras formas propias de vida. Para destruir las vidas. Porque lo que destruye a la Madre Naturaleza también nos impacta. Porque nuestros derechos solo serán reales cuando se reconozcan los derechos de nuestra Madre Naturaleza.
En este Dia del Campesino y la Campesina, reivindicamos, fortalecemos y defendemos nuestras identidades culturales. Diversas como nuestra Madre Naturaleza. Y nos comprometemos a seguir resistiendo y luchando, a recuperar nuestra historia para construir el futuro, un futuro de Buen Vivir y Vida Plena para todos y todas.
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