La dictadura multiplica las detenciones arbitrarias con siembra de “pruebas” para intentar justificar su arbitrariedad y abuso. También sigue disparando y lesionando gravemente contra quienes nos movilizamos. Detiene sin orden judicial y sin flagrancia, no garantiza derecho a la defensa y en las regiones lo hacen con policías vestidos de civil, sin identificación y con camionetas sin placa.
Todos estos son delitos. La dictadura cívico militar reprime, detiene, secuestra, asesina y criminaliza solo por ejercer nuestro legítimo derecho a la protesta. Además, reprime a periodistas independientes, que no se suman al coro complaciente de los grandes medios, golpeándolos, arrebatándoles sus equipos y amenazándolos con palabras soeces de romper sus credenciales.
El viernes 6 de enero la policía detuvo a 50 personas que se movilizaban en Lima y las llevó a la comisaría del jirón Cotabambas, donde las retuvieron ilegalmente durante más de cuatro horas, sin ninguna garantía ni protección judicial. En el aeropuerto Manco Cápac de Juliaca, Puno, la policía y el ejército dispararon contra los manifestantes, dejando 12 heridos de acuerdo con información de la Red de Salud de San Román. La mayor cantidad de heridos civiles se ha producido por lesiones con armas de fuego y uno de ellos está internado con pronóstico reservado.
A las detenciones arbitrarias se suma la siembra de “pruebas” como ocurrió en el allanamiento de la Dirección contra el Terrorismo (DIRCOTE) al local de la Confederación Campesina del Perú el 17 de diciembre, sin fiscales ni abogados. Todos los testimonios de quienes fueron entonces detenidos señalan que las “pruebas” de terrorismo fueron colocadas por los propios agentes policiales.
Esto se agrava en el interior de nuestro país donde los detenidos denuncian que la policía les está sembrando drogas. Este es el caso del joven Jesús Guevara Huamán en Pichanaki, quien fue secuestrado y detenido por policías armados vestidos de civil y trasladado en una camioneta blanca cuatro por cuatro sin placa de rodaje, mientras caminaba por las calles después de haber participado en una protesta. Cuando un familiar fue a la comisaría, le dijeron que Jesús había sido detenido porque “le encontraron cuatro ketes de droga”. Jesús Guevara es un joven activista por los derechos culturales y dirige la Asociación Embajada Mundial Cultural Juventud Consciente, que trabaja actividades artísticas con niños y niñas en Pichanaki. Su “delito” fue ejercer su derecho a protestar.
La dictadura encabezada por Dina Boluarte esta vulnerando derechos fundamentales: a la vida, al libre tránsito (artículo 2.24.f de la Constitución Política del Perú), a no ser detenidos, sino por mandato escrito y motivado del juez, o por las autoridades policiales en caso de flagrante delito (artículo 33.8 del Código Procesal Constitucional) y a la protesta (artículo 2.11 de la Constitución), además no garantiza ni respeta el derecho a la defensa y a la protección judicial, secuestrando con personal policial vestido de civil y sin identificación e infiltrando personal Terna para azuzar y sembrar violencia en las protestas.
Exigimos el cese de la represión, asesinatos, criminalización, detenciones arbitrarias y secuestros. Exigimos el cierre del Congreso, la salida de la dictadura, elecciones generales y una nueva Constitución construida por una Asamblea Constituyente Popular, Plurinacional, Soberana y Paritaria. No nos rendimos, seguimos en movilización permanente.
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