Las lideresas indígenas de la Organización Nacional de Mujeres Indígenas Andinas y Amazónicas del Perú, ONAMIAP, reunidas en el Encuentro Nacional “Mujeres indígenas sembrando resistencia por la defensa de nuestros territorios para el buen vivir y la vida plena”, los días 15 y 16 de agosto, en la ciudad de Lima.
Considerando que nuestras vidas como pueblos y mujeres indígenas están estrechamente vinculadas a nuestros territorios y a todas las diversas vidas de quienes convivimos en la Madre Naturaleza, expresamos nuestra preocupación y rechazo ante las múltiples violencias que persisten contra ella. Violencias ejercidas con el fin de facilitar un modelo económico genocida, que ha generado las crisis globales que venimos enfrentando, tales como la climática, la de biodiversidad, la alimentaria, la sanitaria, entre otras.
Reafirmando nuestra identidad indígena y valorando nuestra sabiduría y ciencia ancestral, las mujeres indígenas convocamos a todos los actores, estatales y no estatales, a trabajar colectivamente para que los seres humanos recuperemos nuestra relación armoniosa y espiritual con la Madre Naturaleza. Quienes hemos preservado las vidas en la Madre Naturaleza, conocida por el mundo occidental como biodiversidad, no podemos permanecer en silencio mientras se destruye y condena a una muerte lenta, y con ella a toda la humanidad.
Destacando que los pueblos y mujeres indígenas tenemos derecho a la autonomía y libre determinación que están amparados en instrumentos internacionales de alcance universal y regional como son: la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas y la Declaración Americana sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas. Derechos como pueblos y mujeres indígenas que están protegidos en Tratados Internacionales, tales como el Convenio 169 de la OIT y la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer - CEDAW, en particular en su Recomendación General 39
sobre los Derechos de las Mujeres y Niñas Indígenas.
Reconociendo además que los principios fundamentales del derecho internacional, tales como la buena fe, pacta sunt servanda, de progresividad y de no discriminación, demandan que el Estado peruano, en sus tres niveles de gobierno (nacional, regional y local), garantice y respete nuestros derechos como pueblos y mujeres indígenas, así como los derechos de nuestra Madre Naturaleza.
En atención al legado de nuestras ancestras, el amor y el respeto de nuestra Madre Naturaleza y con la finalidad de recuperar el bienestar y desarrollo integral de todos los pueblos y de Nuestra Madre Naturaleza, demandamos:
Al Estado:
Reconozca a la Madre Naturaleza como titular de derechos y sujeta de protección, para su defensa y lucha para contrarrestar y evitar su depredación.
Garantice la seguridad jurídica de nuestros territorios integrales ancestrales.
Asegure la implementación de nuestras economías propias que se basan en nuestros planes de vida.
Garantice nuestros derechos a la consulta y consentimiento previo, libre e informado, en el marco del respeto de nuestros derechos a la autonomía y libre determinación que tenemos como pueblos y mujeres indígenas.
Garantice nuestros derechos a la participación, consulta y consentimiento previo, libre e informado en las medidas de mitigación y adaptación, así como en los programas y/o proyectos vinculados con la reducción de emisiones de carbono.
Garantice la vida e integridad de los pueblos indígenas que luchamos y defendemos el territorio integral ancestral y los derechos de nuestra Madre Naturaleza.
Garantice el fortalecimiento de la institucionalidad indígena dentro de la estructura del Estado en materia de cambio climático, tanto a nivel nacional como regional, para que cumpla la labor para las que fueron creadas y accedan a fondos climáticos provenientes de fondos públicos y de cooperación; y de fondos de daños y pérdidas, no condicionados.
Cese la discriminación, estigmatización, amenazas, persecución, extorsión y asesinatos de autoridades indígenas y no queden impunes. No a la criminalización de nuestras luchas y resistencias.
Cese el despojo de nuestros territorios integrales ancestrales para favorecer actividades extractivas y monocultivos, se declare la nulidad de todas las concesiones y/o autorizaciones otorgadas dentro de nuestros territorios sin nuestro consentimiento.
Respeten nuestros conocimientos científicos y tecnológicos ancestrales para contrarrestar los impactos negativos de la crisis climática y de diversidad biológica, debiendo para ello descolonizar los sistemas de educación y salud.
Se abstengan de promover leyes y políticas que destruyen a la Madre Naturaleza y vulneran nuestros derechos como pueblos y mujeres indígenas. No a la privatización de la Madre Naturaleza (nuestros ríos, lagos, bosques…).
Se abstengan de implementar la ley antiforestal porque facilita el ingreso de actividades ilegales dentro de nuestros territorios ancestrales y fomenta economías ilegales como la minería, la tala y el narcotráfico.
Se abstenga de seguir promoviendo áreas naturales protegidas, como las reservas comunales y territoriales u otras figuras jurídicas incompatibles con nuestros territorios ancestrales y modos de vida colectiva. Por el contrario, se nos restituyan nuestros bosques que nos han sido ilegalmente despojados por el propio Estado.
A la Cooperación
Que los financiamientos climáticos y sobre biodiversidad respeten nuestros derechos a la libre determinación y al consentimiento previo, libre e informado, los planes de vida y nuestras economías propias, porque son la garantía para alcanzar el buen vivir y la vida plena de todos los pueblos y de nuestra Madre Naturaleza.
Que los financiamientos climáticos y sobre diversidad garanticen el acceso directo para que los pueblos y mujeres indígenas mejoren sus condiciones de vida colectiva y fortalezcan nuestras organizaciones propias, no más intermediarios e imposición de agendas que comercializan nuestros territorios ancestrales.
Que respalden las decisiones e iniciativas de los pueblos indígenas de seguir creando e implementando las Plataformas Indígenas para contrarrestar los impactos de cambio climático y a todo nivel, donde el Estado respete la participación efectiva de los pueblos y mujeres indígenas.
Que cesen en seguir fomentando falsas soluciones a la crisis climática y monetizando nuestros territorios integrales ancestrales, porque profundizan los problemas estructurales y los impactos que ha generado un modelo económico depredador y genocida de los pueblos y de la Madre Naturaleza.
Que se abstengan de seguir encubriendo a los mayores destructores de nuestra Madre Naturaleza, como son las grandes corporaciones que disfrazan sus actividades genocidas a través de donaciones a iniciativas ambientalistas; y promueven y sostienen la corrupción y el saqueo de nuestros bosques.
Que reconozcan y respeten la mirada holística e integral que tenemos los pueblos y mujeres indígenas de nuestros territorios (lo andino, amazónico, costero, mar); así como nuestra cosmovisión, porque son esenciales para garantizar nuestra existencia cultural y la existencia de nuestra Madre Naturaleza.
A los privados:
Que cumplan con sus obligaciones tributarias y reparen integralmente a los pueblos y personas afectadas por la contaminación producto de sus actividades extractivas y por la degradación de las vidas que habitan en nuestra Madre Naturaleza, las sanen y reparen en sus ciclos vitales.
Que cesen sus prácticas depredadoras y genocidas contra nuestra Madre Naturaleza; así como las actividades que ponen en riesgo grave e inminente a nuestra soberanía alimentaria y a nuestras principales actividades de subsistencia que se desarrollan en armonía con nuestra Madre Naturaleza.
Que cesen su intrusión no autorizada en nuestros territorios ancestrales y respeten nuestros derechos como pueblos y mujeres indígenas a rechazar y decir no a la imposición de proyectos y que alteran nuestra forma de vida colectiva, depredan a la Madre Naturaleza y generan divisionismo y corrupción.
Que se pongan a derecho para que respondan sobre los impactos negativos que han ocasionado a nuestra identidad, cultura y modos de vida, y que buscan fragmentarnos para favorecer a empresas extractivas y certificadoras de mercados de carbono y que están reforzando un modelo económico genocida.
A la sociedad civil y a la academia:
Que acompañen las luchas y resistencias de los pueblos indígenas en la defensa de nuestros derechos como pueblos y mujeres indígenas, como parte del ejercicio de los principios de reciprocidad y solidaridad, para alcanzar una vida en igual dignidad
Que recuperen y fortalezcan su capacidad de indignación y adopten acciones frente a la destrucción de la Madre Naturaleza y cuestionen de forma decidida un modelo económico que busca normalizar y perpetuar el consumismo y la depredación de la Madre Naturaleza para acumular riqueza monetaria.
Que respeten nuestra cosmovisión y relación especial que existe entre la Madre Naturaleza y los pueblos y mujeres indígenas, y compatibilicen sus acciones ambientales con los derechos de los pueblos y mujeres indígenas. No basta ser ambientalista para frenar la crisis climática.
Que descolonicen sus saberes y promuevan un diálogo de saberes entre la ciencia y técnica occidental con los conocimientos, ciencias y tecnologías ancestrales, porque no somos objeto de estudio, sino actoras determinantes para la producción y preservación de conocimientos que estamos desde hace más de 500 años en permanente lucha y resistencia para defender a nuestra Madre Naturaleza.
Está probado que las fuentes de la actual crisis climática y de biodiversidad son el sistema capitalista, extractivista y racista que arrasa con todas las vidas que habitan en nuestra Madre Naturaleza; además, que son las grandes corporaciones y empresas, en complicidad con los gobiernos de turno, los principales responsables de esta crisis, por lo que es necesario revertir y transformar el modelo económico y su accionar que está promoviendo una civilización de la muerte. Necesitamos una convivencia intercultural y de respeto de derechos y libres de toda forma de discriminación.
Los pueblos indígenas y la madre naturaleza somos sujetos de derechos. Las mujeres indígenas somos impulsoras de cambios para enfrentar la crisis climática. Con nuestros conocimientos y saberes ancestrales, adoptamos acciones conjuntas fortaleciendo el buen vivir y la vida plena.
¡Resistimos para existir por las vidas y la dignidad!
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