El agua es el origen y la condición prioritaria para la vida, y ahora está sufriendo. El 22 de marzo se celebra el Día Mundial del Agua. Y esta vez los peruanos y las peruanas estamos sufriendo debido a los desastres naturales, huaicos e inundaciones, que vienen ocurriendo en diferentes regiones del país. Hay tanta agua, pero tan poca para cubrir nuestras necesidades. Esta situación no se trata solo de un “fenómeno natural”, es en gran parte producto de que la naturaleza, en particular el agua, es atacada por la humanidad. Mucho se ha discutido sobre la escasez de agua dulce y cómo la poca que existe es contaminada y desperdiciada a causa de las actividades humanas, pero aún no se han tomado las medidas necesarias para cambiar esta situación. A ello, se suma la alteración del ciclo del agua producto del cambio climático no natural, lo que nos afecta en particular a los pueblos indígenas que dependemos del agua para organizar y realizar nuestras actividades esenciales, como la agricultura y la ganadería. A estas alturas ya casi no podemos hablar de calendario agrícola porque este ha sufrido muchas alteraciones. Si no es la sequía, las inundaciones y los huaicos arrasan nuestros cultivos y animales. A lo que se suma la falta de acciones de prevención por parte del Estado y las medidas de reparación que se toman son lentas y no llegan a todos nuestros pueblos. Por ello, es primordial proteger el agua y no desperdiciarla, sino alimentarla. Y los pueblos y las mujeres indígenas podemos contribuir a ello ya que por siglos lo hemos hecho. Nuestras comunidades saben cuáles son las plantas que mejor ayudan a captar el agua y regular su ciclo, también tenemos valiosas experiencias de siembra y cosecha de agua. Pese a ello, el Estado no nos protege y más bien alienta las actividades extractivas, con normas que debilitan cada vez más la institucionalidad y los estándares ambientales, destruyendo así nuestras fuentes de agua. Las mujeres de la Onamiap hacemos un llamado al Estado, las empresas, los organismos internacionales y la sociedad civil para que asumamos con urgencia acciones para cuidar uno de nuestros recursos más valiosos que es el agua. Asimismo, instamos al Estado a recoger las prácticas y los saberes tradicionales que poseemos los pueblos y las mujeres indígenas para la protección del agua. DATO: El Día Mundial del Agua fue instituido por la Asamblea General de las Naciones Unidas el año 1992, con el objetivo de llamar la atención sobre la importancia del agua dulce así como de la gestión sostenible de los recursos acuíferos.
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