El feroz cambio climático está afectando a los pueblos indígenas, quienes serán los primeros en afrontar el impacto por su estrecha relación con la naturaleza, la pérdida de los recursos naturales en sus territorios, que son claves para su vida, y por la vulnerabilidad que enfrentan muchos de ellos.
La principal causa del cambio climático es la emisión de gases que provienen principalmente de la deforestación, pues representa el 80% de emisiones en países andino-amazónicos. La emisión de gases de carbono pone en cuestión no solamente el uso irracional de los recursos por parte de los países del norte, que son los principales demandantes de petróleos y materias primas, sino el modelo de desarrollo que se impulsa en los países del sur que, en su afán de responder a esa demanda, continúan con los grandes proyectos que significan deforestación de millones de hectáreas de bosque tropical para la construcción de hidroeléctricas o para sembrar soya o palma para la producción de biocombustibles, lo que precisamente impactará en el cambio climático.
Nuestro país sería uno de los más afectados por el cambio climático. Así tenemos, por ejemplo, que el aumento de la temperatura ocasionará el derretimiento de los glaciares que ya vienen perdiendo su superficie, habiéndose reducido en un 22% en los últimos 20 años, lo que ocasiona que se pierdan los volúmenes de agua que van a los ríos con el consiguiente impacto en las actividades económicas y en la calidad de vida de las personas.
El cambio climático está asociado al aumento de la sequía en la sierra, a las modificaciones de la temporada de lluvia y a la presencia de heladas, todo lo cual afecta seriamente la actividad agropecuaria, pues impide el normal desarrollo de la siembra, cambia los ciclos de cosecha y fomenta la aparición de enfermedades en los animales que antes no se veían y una mayor afectación del sol a las personas. El impacto del cambio climático puede llegar a niveles extremos de provocar el desplazamiento de grandes sectores de la población indígena en busca de mejores condiciones al verse sus territorios afectados. Para las mujeres, fuertemente ligadas al trabajo agrícola y al cuidado de la familia, el impacto será mayor en la medida en que tendrán que disponer de más tiempo para sus labores reproductivas en los hogares, en el cuidado de las enfermedades de los animales y de los miembros de la familia, a lo que se agrega que probablemente muchas de las plantas medicinales también irán desapareciendo por efecto del clima y junto con ellas el conocimiento tradicional que tienen las mujeres para curar las enfermedades.
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